El desvarío de Bernabé

Bernabé parece haber cumplido el propósito que fijó para su vida. Está próximo a jubilarse y posee lo suficiente para recorrer el resto de su camino sin sobresaltos, al menos en lo material, porque las pesadillas se ensañan en sus noches solitarias robando la paz a su espíritu.

Su presente es la secuela de un pasado marcado por la culpa. Obtener el reconocimiento de quienes lo rodean es el único paliativo a sus noches angustiantes. Pero calmar la ansiedad que determina cada uno de sus días se ha ido convirtiendo en un esfuerzo insostenible.

La oportunidad de redimir la culpa por sus yerros de antaño se presenta una vez tras otra, insistiéndole no obstante su necedad.

¿Acaso puede un hombre ver más lejos que los demás cuando se trata de aconsejar, pero optar por  la miopía ante su propio panorama? ¿Cuál desvarío es mayor, errar por debilidad o cerrarse a la redención del error?