Minolex

Minolex se convertirá pronto en un reino muy próspero gracias a la boda concertada entre Clarisa y Federico, pero ella ya ha entregado su corazón a otro hombre, y en la soledad del bosque vuelca sus sentimientos en las páginas de su diario:

 

“Viendo mi cara reflejada en el espejo sólo veo un rostro de amargura y desesperación, el rostro de una mujer que busca huir de la miseria de vivir al lado de un hombre al que no ama. Mi deber es servir al pueblo, pero no puedo hacerlo sabiendo que seré infeliz por el resto de mis días.”

 

Su amor intenso y decidido deberá probar ser más fuerte que sus amargas circunstancias, y para lograrlo, su corazón valiente y entregado dará inicio a una historia que se extenderá más allá de su tiempo.

 

Sólo una mujer que experimente la forma más pura del amor conseguirá trascender al odio y las pasiones de quienes se le oponen, aun si por momentos podrá parecer que el odio es más poderoso que el amor, que el rencor puede imponerse sobre los sentimientos limpios y que las pasiones más bajas dominarán la escena.